Adaptado de:
Fuentes, Juan Luis. Comunicación, estudio del lenguaje. Editorial bibliográfica internacional, 2004
En todos los niveles del lenguaje se utilizan expresiones que rebasan el significado propio de las palabras, para llegar a adquirir un sentido figurado. El lenguaje literario utiliza las figuras estilísticas de forma intencional, pero las figuras no son exclusivas de este tipo culto de lenguaje.
Las figuras literarias desempeñan un papel importantísimo en la obra literaria, pues se prestan de un modo especial para expresar la belleza. Dan energía, movimiento, expresividad a los contenidos, y al mismo tiempo les infunden la armonía propia de la obra artística.
Los literatos del mundo clásico greco-latino dividieron el lenguaje figurado en tres grupos:
Se basan en la disposición de las palabras y ayudan a resaltar un pensamiento o a destacar algún aspecto de la idea.
Se clasifican en:
Estas figuras se dan cuando se traslada el significado de una palabra al relacionarlo con otra, dándole un sentido distinto, aunque con cierta analogía al significado original. Dicho de otro modo, se procede a designar un objeto expresando otro que tiene con él alguna relación:
-Disfrutaba de buena casa y comida.
-Disfrutaba de buen techo y mantel.
En griego, Tropos significaba girar, vuelta, rodeo. De ahí, la razón por la cual se escogió el término para señalar las figuras literarias en las cuales se produce un cambio o rodeo en el sentido de la palabra. En definitiva, los tropos son cambios semánticos.
Las figuras de significación o tropos son: sinécdoque, metonímia, imagen, metáfora, símil, alegoría, parábola, símbolo.
Son las que se refieren al significado especial de las ideas, independientemente de las palabras que se utilicen, importando básicamente su intención comunicativa.
Las figuras de pensamiento son:
Metonimia:
Consiste en designar un objeto expresando otro que le precede o le sigue, que es su causa o efecto, esto es, trasladando el nombre de un sujeto a otro por la relación de sucesión o causalidad entre los dos términos.
Imagen: es la representación de un objeto por medios sensibles, o sea representar la realidad valiéndose de los medios sensoriales. No todas las imágenes son metáforas, pero todas las metáforas son imágenes. La distinción está en que la imagen menciona los dos elementos entre los que se establece la relación (sus dientes eran perlas) mientras que en la metáfora sólo se menciona el elemento irreal sin mencionar el real (las perlas de su boca).
Las imágenes dependen de las vivencias psíquicas del poeta, son el recurso más rico que tiene para el embellecimiento de la creación poética.
Hay imágenes olfativas, gustativas, ópticas, táctiles, y sinestésicas. Las sinestésicas consisten en atribuir cualidades a cosas que no las tienen, pero con las cuales poseen cierta relación. Entre las imágenes las más importantes son la metáfora, el simil y el símbolo.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir …
(Jorge Manrique)
Y dejas Pastor Santo,
tu grey en este valle
hondo, oscuro…
(Fray Luis de León)
Parábola: es la narración alegórica breve y sencilla que sugiere una lección moral o enseñanza.
Símbolo: es la relación de un elemento sensorial que es la representación mental de un objeto (una balanza) con un elemento intelectual que asocia y da una connotación simbólica al elemento sensible (la justicia simbolizada por la balanza).
Metáfora: compara dos realidades y establece una relación. Si el símil dice labios rojos como el coral, con la metáfora se dice directamente labios de coral. La metáfora consiste en trasladar el significado de un vocablo a otro por la semejanza que se quiere hacer resaltar.
La metáfora puede ser:
a. Simple: cuando solamente se traslada un término.
b. Compuesta: cuando se trasladan todos los términos.
c. Sencilla y natural: cuando la semejanza que hay entre los dos términos es fácil de percibir.
d. Violenta: cuando la traslación de los términos resulta algo forzada, difícil de comprender y extraña.
Clases de metáforas:
a. Metáfora impresionista: cuando al término real se le oponen dos o más rasgos. ej: Ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines. (R. Darío)
b. Metáfora pura: cuando no se expresa el término real. ej: Su luna de pergamino, preciosa tocando viene. (García Lorca).
c. De lo inanimado a lo animado, atribuyendo propiedades de seres inanimados a otros inanimados:
Ya dos veces, monstruoso y despiadado,
sobre la tierra pródiga, el incendio
su abanico flamante ha desplegado.
(Francisco Lazo Martí)
De lo inanimado a lo animado, cuando se atribuye a los seres vivos cualidades que pertenecen a los seres inanimados:
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
(García Lorca)
De lo animado a lo animado, si se atribuyen a un ser vivo propiedades, sentimientos, acciones que son propias de otro ser vivo.
Y como el ave que al dormir se espanta
del rumor de las hojas,
Consuelo, como el ave se levanta
sintiendo que la invaden las congojas
y la anuda un sollozo la garganta.
(Francisco Lazo Martí)
De lo animado a lo inanimado, cuando se atribuye a las cosas sin vida cualidades o acciones propias de los seres vivos.
La luna nueva es una vocecita que se alza en la tarde.
(Jorge Luis Borges)
Induplicación: repetición seguida de una palabra o grupo sintáctico:
“Al tiempo, tiempo le pido
y el tiempo, tiempo me da
y el mismo tiempo me dice
que él me desengañará”
Nicolás Guillén
Sobrereduplicación: iniciar y terminar una frase con la misma palabra:
“En este país no se lee porque no se escribe
o no se escribe porque no se lee”
Larra
“Verde que te quiero verde”.
G. Lorca
Polisíndeton o conjunción: usar muchas veces conjunciones copulativas seguidas:
“Y eran una, / y eran una,/ y eran una sola sombra larga”.
José Asunción Silva
Concatenación: comenzar con la última palabra de la frase anterior:
“No hay criatura sin amor, amor sin celos, celos sin engaños, ni engaños sin fundamento”
Cervantes
Disyunción o asíndeton: suprimir las conjunciones copulativas.
Adjunción o zeugma: suprimir el verbo de frases si ya se expresa en la primera:
“Sabía cuándo traían agua, cuándo rayo y cuándo trueno”… (Ernesto Cardenal)